Como Dios es soberano en la creación y en la providencia, así también es soberano en el otorgamiento de su gracia. “Repartiendo a cada uno en particular como El quiere” (1 Cor. 12:11). El esconde estas cosas de los sabios y de los entendidos, y las revela a los niños, porque así es agradable en sus ojos. (Mat. 11:25) Cuando surge la cuestión “¿Porque quién te distingue? o ¿Qué tienes que no hayas recibido?” (1 Cor. 4:7), la respuesta correcta es: “No es del que quiere, ni del que corre, sino de Dios
Page 90